En Ca’n Joan de S’Aigo, la atmósfera nostálgica no solo se encuentra en cada cucharada de helado o en el sabor único e inconfundible de nuestras ensaimadas, sino también en el mobiliario y la decoración centenaria que ha visto pasar generaciones de palmesanos.
Hoy te invitamos a hacer un viaje visual de las piezas que convierten a Ca’n Joan de S’Aigo en un pequeño museo histórico en Palma, donde cada detalle cuenta una historia de tradición y artesanía local.
Sillas y mesas de roble oscuro: testigos de 1938
Al trasladarnos en 1976 al local de la Calle Can Sanç, decidimos conservar las sillas y mesas de roble oscuro que habían llegado al antiguo obrador en 193. Aquellas piezas—de diseño sobrio y robusto— fueron traídas para ofrecer a los clientes un asiento cómodo tras un paseo por el centro histórico. Hoy, su madera envejecida guarda miles de tertulias familiares, reencuentros de viejos amigos e infinitos momentos.
Baldosas hidráulicas de 1892: el suelo de la Palma modernista
Bajo tus pies, las baldosas hidráulicas diseñadas en 1892 por el taller de Antoni Mascaró, que crean un mosaico de patrones geométricos y florales. Originalmente colocadas en el primer local junto a Santa Eulàlia, esas baldosas viajaron con nosotros a Can Sanç, convirtiendo cada paso en un recordatorio de cómo la arquitectura y el diseño modernista arraigaron en Palma a finales del XIX.
Lámparas de época: retrato vivo de la tradición
Las lámparas de techo, con sus pantallas de tulipa y brazos de hierro forjado, colgaron por primera vez en Can Sanç en los años 40. Vienen de la fábrica de La Menestralia, y mantienen su bombilla de filamento visto—cálida y tenue—, creando un refugio íntimo donde el reloj se detiene para dar paso a la sensación hogareña única.
Cartel pintado a mano: un icono de La Roqueta
No podemos hablar de mobiliario sin mencionar el cartel cerámico de la fábrica La Roqueta, pintado a mano y restaurado en 1976. Con sus letras curvas y tonos verdes gastados, con múltiples faltas que lo convierten en único. Si quieres saber el origen del cartel, te recomendamos leer nuestro artículo sobre él. Además, es el nexo entre nuestro pasado en Santa Eulàlia y el presente en Can Sanç, recordándonos que la tradición es un legado vivo.
Cada visita a Ca’n Joan de S’Aigo es, en realidad, un paseo por el patrimonio material de Palma. Al sentarte en nuestras sillas de roble, contemplar el suelo hidráulico y alzar la mirada a las lámparas antiguas, conectas con más de 300 años de historia isleña. Te invitamos a descubrir cómo el mobiliario y la decoración de Ca’n Joan de S’Aigo celebran la artesanía mallorquina y hacen que cada merienda sea una experiencia única.