Empezamos el año felices y emocionados al echar la vista atrás y pensar los años que han pasado desde que abrimos el primer Ca’n Joan de s’Aigo en el Carrer de Can Sanç.
Nuestro local más antiguo ha sido testigo mudo de la evolución de Palma, un lugar donde generaciones de mallorquines han dejado su huella y han compartido múltiples momentos en él.
Un espejo que lo ha visto todo
En una de las paredes de nuestro local más antiguo, en la calle de Can Sanç, cuelga un espejo que lleva décadas reflejando la vida que transcurre a su alrededor. Este espejo ha visto pasar a miles de personas: desde los primeros clientes que probaron nuestro helado de almendra hasta las familias que celebran hoy sus cumpleaños con nosotros. Cada rostro reflejado en su superficie es una pequeña historia, un capítulo en la vida de nuestra ciudad.
Más que una chocolatería: un lugar de encuentro
Ca’n Joan de S’Aigo es un espacio de unión para todos los de la roqueta.
Por las mesas han pasado artistas, obreros, intelectuales, turistas, familias locales al completo, que por casualidad o por recomendación, se han adentrado en este local que sigue conservando su esencia del principio.
Un reflejo de la sociedad mallorquina
A lo largo de los siglos, Palma ha cambiado mucho, y pocas cosas permanecen inalterables. Estamos muy orgullosos de poder tener un trocito de la tradición de Palma en la calle de Can Sanç, porque hay costumbres que no deben perderse, como el disfrutar de un chocolate caliente en invierno o refrescarte del calor del verano con un helado de almendra que no quieres que se termine.
Estas costumbres, tan arraigadas en nuestra cultura, han sido un hilo conductor que ha unido a generaciones de palmesanos.
En Ca’n Joan de S’Aigo hemos sido partícipes de esta evolución. Hemos visto cómo la ciudad crecía, cómo cambiaban las costumbres y cómo la sociedad se transformaba. Pero a pesar de todos estos cambios, siempre hemos mantenido nuestra esencia, nuestra pasión por ofrecer un producto de calidad y un servicio cercano.
Hoy, Ca’n Joan de S’Aigo sigue siendo un referente de la gastronomía mallorquina. Pero no nos conformamos con vivir del pasado. Continuamos innovando, buscando nuevos sabores y combinaciones, siempre respetando nuestra tradición.
Ven a visitarnos y crea tu propio momento en Ca’n Joan de S’Aigo mientras descubres que es mucho más que una chocolatería. Es un viaje en el tiempo, un homenaje a la tradición y una celebración de la vida.
Te esperamos para seguir escribiendo la historia de Palma y para seguir siendo testigo de tus vivencias.